sábado, noviembre 13

Hay una sola y el Perú sabe por qué.


No son muchos los países en el mundo que puedan jactarse de tener una bebida gaseosa que sea representativa de su nación. Para orgullo nuestro, el Perú tiene una. Y podemos sentirnos doblemente orgullosos puesto que nuestra esta es una de las dos únicas gaseosas en el mundo a la cuales la todo poderosa Coca-Cola (Coke) no ha podido someter bajo su hegemonía.
Nuestra bebida de bandera ha cumplido cien años. Cien años de patriotismo, de orgullo, de éxito, de satisfacción, de creatividad. Son estas y muchas otras más, las palabras lo que es la Inca Kola.
A lo largo del tiempo han cambiado sus envases, sus dueños, sus mercados y tanto más, pero aquello que es único, especial y nuestro se ha mantenido y se mantendrá: su inigualable e incomparable sabor.
Ese sabor que ha sabido ganarse no sólo el paladar sino también el corazón de todos los peruanos. Aunque ha conquistado también  a muchos alrededor del mundo. Se ha convertido en el acompañante perfecto para todo tipo de comida. De ahí que durante algún tiempo su slogan fue “Con todo combina.” Y ese slogan a calado en todo aquel que la bebe, no porque haya sido una perfecta y por demás exitosa estrategia publicitaria y de marketing sino porque nada es más cierto que ello. Realmente la amplísima gama de maridajes que permite es digna de reconocer pero sobre todo de gozar.
Quizá no se la favorita de todos, como es el caso mío que tengo como bebida preferida a la Guaraná, pero nadie puede negar que es verdaderamente deliciosa.
Ha cumplido recién cien años de historia brindándonos alegrías y orgasmos en el paladar (aunque pueda sonar quizá algo desagradable es lo que pasa por mi mente y me parece la única analogía que se asemeja a la sensación que me produce el beberla), pero es indudable que va a seguir deleitándonos, digo deleitándonos y no puedo evitar imaginarme haciéndolo también a los hijos que algún día me han de llegar.

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